«Marafariña» (2015), de Miriam Beizana Vigo: contra la intolerancia

Portada de "Marafariña", de Miriam Beizana

No olvidemos las palabras alentadoras del Salmo cuando nos indica: “Cuando los inicuos brotan como la vegetación, y todos los practicantes de lo que es perjudicial florecen, es para que sean aniquilados para siempre”. ¿Qué significa esto? ¿Qué esperanza nos otorga? La esperanza de que las personas malvadas, que han sucumbido a los placeres impíos, y se han entregado a prácticas pecaminosas serán erradicadas de esta Tierra.

Marafariña
Miriam Beizana Vigo

Ruth, la inolvidable protagonista de esta novela “catártica y ambiciosa” en palabras de su autora, es una joven que ha sido educada en los estrictos preceptos de los Testigos de Jehová. Sigue leyendo

«Los desposeídos» (1974): Ursula K. Le Guin y el poder transformador de la imaginación

Ursula K. Le Guin
Ursula K. Le Guin

Y lo más extraño en aquella calle de pesadilla era que ninguna de las cosas en venta había sido fabricada allí. […] Toda la gente en todas las tiendas eran o compradores o vendedores. No tenían otra relación con las cosas que la de la posesión.

Los desposeídos
Ursula K. Le Guin

El ejercicio de la imaginación es peligroso para quienes se aprovechan del estado de las cosas porque tiene el poder de demostrar que el estado de las cosas no es permanente, ni universal, ni necesario.

Una guerra sin fin
Ursula K. Le Guin

Anarres y Urras son dos planetas gemelos. Anarres es un mundo casi desértico y que apenas ofrece los mínimos recursos de supervivencia a sus habitantes, una colonia anarquista fundada por Odo, la visionaria líder que fue perseguida y encarcelada en Urras antes de huir generaciones atrás con sus seguidores. Urras, por su parte, es un mundo muy parecido al nuestro, con dos grandes potencias enfrentadas y que vamos a conocer al tiempo que Shevek, el protagonista de esta moderna odisea. Shevek es un físico que se siente exiliado entre los suyos y que decide emprender el camino de vuelta hacia el mundo del que vino su gente con la esperanza de poder servir de puente entre ambos lados de la frontera.

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«Liquidación final» (2012), de Petros Márkaris

Liquidación final, ilustración de Marta Gómez-Pintado
Liquidación final. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Comprenderá que no podíamos cobrarle a un pariente de un viceministro.

Liquidación final
Petros Márkaris

Petros Márkaris presenta a un peculiar justiciero en Liquidación final, séptima entrega de su serie del comisario Kostas Jaritos. Un motorista que firma su obra como «El Recaudador Nacional» amenaza a los grandes defraudadores del fisco con la «liquidación final» de su deuda. Su método de cobro: una flecha envenenada con cicuta directa al corazón. Un procedimiento tan drástico como censurable que este vocacional recaudador de impuestos extenderá a «representantes del mundo de la política, altos cargos públicos y personas que, a lo largo de los años, se han visto beneficiadas por sus contactos dentro del sistema corrupto creado».

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«La lotería» (1948): Shirley Jackson y la más antigua de las terapias de grupo

NOTA: El análisis que sigue sobre La lotería puede arruinar su lectura a quien no lo conozca todavía por la información que aquí se ofrece del mismo. Avisados quedáis 😉

La lotería. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La lotería. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Shirley Jackson escribió su relato La lotería en junio de 1948. El 28 de ese mismo mes lo publicaba el semanario The New Yorker. El escándalo y el éxito fueron inmediatos. El semanario recibió en los siguientes días el mayor aluvión de cartas de su historia. Muchas eran de suscriptores indignados que querían darse de baja. Sigue leyendo

«Una historia de amor y oscuridad» (2002), de Amos Oz

Solos. Ilustración de Marta Gómez-Pintado
Solos. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

De mi madre no he hablado casi nunca en toda mi vida hasta ahora, hasta escribir estas páginas. Ni con mi padre, ni con mi mujer, ni con mis hijos ni con nadie. Tras la muerte de mi padre, tampoco hablé apenas de él. Como si hubiese sido un niño expósito.

Una historia de amor y oscuridad
Amos Oz

Amos Oz publicó en 2002, ya en plena madurez de su vida con más de sesenta intensos años a sus espaldas, este impresionante relato autobiográfico. Amos Oz nació en 1939, por lo que durante su infancia y adolescencia, período en el que se centra su escrito, le tocó vivir en su Jerusalén natal la génesis del estado de Israel (1948). La ilusión exultante de “los años grandiosos”, en medio de la tragedia por la persecución nazi y exterminio de los judíos en Europa, desembocó, con la inmediata declaración de guerra de los países árabes en defensa de Palestina, en el crudo despertar de “la mañana del día siguiente”, una mañana, en palabras de Amos Oz, “grisácea, deprimente, húmeda, avara y mezquina”. Es sabido que el conflicto entre Israel y Palestina sigue abierto hoy, y Amos Oz habla de ello en este libro, dando una visión acorde con su militancia en el movimiento Paz Ahora del que es uno de los fundadores y que aboga por una solución de dos estados en el que unos y otros puedan convivir pacíficamente. Escribe:

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«Por último, el corazón» (2016), de Margaret Atwood

Por último, el corazón. Ilustración Marta Gómez-Pintado
Por último, el corazón. Ilustración Marta Gómez-Pintado

Si la prisión no es una prisión, ¡el mundo de fuera no tiene sentido!

Por último, el corazón
Margaret Atwood

Stan y Charmaine son un matrimonio joven que ha sufrido las consecuencias de la brutal crisis económica que azota Estados Unidos. Viven en un coche. Sólo se tienen el uno al otro, el resto lo han perdido. Cada día es una aventura en busca de la supervivencia. Hasta que ven un anuncio del proyecto experimental Positrón que puede ser su salvación. Les ofrecen casa y comida a cambio de perder su libertad de por vida tras los muros de la paradisiaca ciudad de Consiliencia. En esta ciudad se encuentra también la penitenciaría Positrón. Durante un mes vivirán juntos en una casa confortable como la que tenían antes de la crisis. El mes siguiente lo pasarán, separados, en la cárcel. Alternarán con otra pareja. Serán guardianes y presos. Trabajarán sin remuneración para contribuir al mantenimiento del proyecto.

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«La multitud» (1947): Ray Bradbury y el Día del Juicio Final

NOTA: El análisis que sigue sobre La multitud puede arruinar la lectura de este cuento a quien no lo conozca todavía por la información que aquí se ofrece del mismo. Avisados quedáis 😉

Sobre obsesión, creatividad, método y mito

La multitud. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La multitud. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La máquina de escribir debe ser como el tablero de una güija; y tus manos se mueven sobre él y revelan cosas sobre ti mismo que no conoces.

Ray Bradbury entrevistado por James Day.
Day at night (CUNY TV, 1974)

Qué rápido se reúne una multitud, como un iris que se cierra de pronto en el ojo, pensó Spallner.

La multitud (1947)
Ray Bradbury

Ray Bradbury lo pasaba mal dentro de un coche. A la pregunta de por qué no conducía, durante su entrevista con James Day para el programa Day at night, contestó así: Sigue leyendo

«Los crímenes del lago», de Gemma Herrero Virto: Sobre la pérdida de la inocencia

Ouija. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Los crímenes del lago. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Hay personas que dicen no tenerle miedo a los fantasmas: las que son lo bastante necias para creer que no existen.

Los crímenes del lago
Gemma Herrero Virto

Pero nuestro amor era mucho más fuerte que el amor
de aquellos que eran mayores que nosotros.

Annabel Lee
Edgar Allan Poe

Eric, el joven protagonista de esta novela, es expulsado del paraíso de su niñez cuando, con doce años, su primer amor, Anne Austen, es asesinada en Swanton, una tranquila población junto a un gran lago, en el primero de una serie de asesinatos que volverán del revés su mundo. Quince años después, el asesino sigue sin aparecer Sigue leyendo

«Casa tomada» (1951): Julio Cortázar y el laberinto

NOTA: El análisis que sigue sobre Casa tomada puede arruinar la lectura de este cuento a quien no lo conozca todavía por la información que aquí se ofrece del mismo. Avisados quedáis 😉

Sobre obsesión, creatividad, sueño y mito

Casa tomada, de Julio Cortázar

Casa tomada, de Julio Cortázar. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La gran mayoría de mis cuentos fueron escritos —cómo decirlo— al margen de mi voluntad, por encima o por debajo de mi consciencia razonante, como si yo no fuera más que un médium por el cual pasaba y se manifestaba una fuerza ajena.

Algunos aspectos del cuento
Julio Cortázar

Julio Cortázar escribió su cuento Casa tomada después de un sueño. Su relato de esta experiencia en su entrevista con Joaquín Soler Serrano en el programa de TVE A fondo (1977) permite conocer de primera mano cómo llegó al papel lo que empezó como una pesadilla: Sigue leyendo

«Perfil asesino» (2005), de John Connolly: la novela negra metafísica

Perfil asesino, de John Connolly

Perfil asesino, de John Connolly. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Grace Peltier, antigua conocida del detective Charlie Parker, el protagonista de esta novela, tercera de una larga serie que ya cuenta con dieciséis títulos, ha aparecido muerta en su coche. La versión oficial es que se trata de un suicidio, pero su padre tiene motivos para creer que ha sido asesinada. Grace estaba investigando a una secta, la Hermandad, a la que creía vinculada con la extraña desaparición en 1964 de los Baptistas de Aroostoock, un pequeño grupo religioso de cuyos miembros nadie ha vuelto a tener noticias. Hasta que un movimiento de tierras accidental desentierra sus cadáveres en el bosque. Sigue leyendo

«Clavícula», de Marta Sanz: Dolor y rebeldía

“Voy a contar lo que me ha pasado y lo que no me ha pasado.
La posibilidad de que no me haya pasado nada es la que más me estremece.”

Clavícula
Marta Sanz

«En el reino animal, la regla es: comed o sed comidos; en el reino humano: definid o sed definidos.»

El segundo pecado
Thomas Szasz

Clavícula, de Marta Sanz. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Clavícula. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Durante un vuelo transoceánico, Marta Sanz siente un dolor en su clavícula que no puede atribuir a ninguna causa específica. Comienza así una pesadilla donde la autora se verá enfrentada a sus peores demonios mientras busca un diagnóstico para el fiero dolor que la acosa. Sigue leyendo

«Misery» (1987): Las mil y una noches de Stephen King

Sobre obsesión, creatividad, sueño y mito

Misery: las mil y una noches de Stephen King

Soy tu fan número uno. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

No era Annie quien era Sherezade. Era él.
Misery

Ves algo, entonces hace clic con otra cosa, y de ahí saldrá una historia. Pero nunca sabes cuándo va a ocurrir.
El arte de la ficción. Entrevista. Paris Review. 2006

Stephen King

Sea cuando sea el momento en el que surge una historia, reconocemos siempre esa conexión entre un elemento nuevo y esa otra cosa que ya estaba en nosotros con una sensación única que nos transporta inmediatamente a una dimensión paralela que escapa al tiempo y lugar en el que nos encontramos. Lo que está detrás de esta súbita iluminación suele ser una obsesión personal sobre algún tema. De pronto una vaga intuición al respecto se concreta en esta conexión que se hace visible a nuestros ojos y que nos asalta inesperadamente. Es algo que nos ocurre despiertos, y que también puede suceder mientras soñamos. Señala el neurocientífico Rodolfo Llinás:

Cuando estamos despiertos y conscientes, en realidad estamos soñando y esos sueños están siendo dominados por los sentidos que a su vez están gobernados por el mundo exterior. Mientras que cuando dormimos, están gobernados por la memoria.

Stephen King concibió su novela Misery (1987) durante un sueño, igual que le sucedió a Stevenson con su Jekyll y Hyde. Como explica en Mientras escribo (2000), durante un vuelo a Londres «tuve un sueño sobre un escritor famoso (podía ser yo o no, pero seguro que no era James Caan) que caía en las garras de una fan psicótica». Sigue leyendo

Mary Shelley, la madre de Frankenstein

Sobre obsesión y creatividad

La invención, debe admitirse humildemente, no consiste en crear a partir del vacío, sino del caos; los materiales deben, en primer lugar, ser suministrados: puede dar forma a oscuras, informes sustancias, pero no puede crear la sustancia misma.

Prólogo a la tercera edición de Frankenstein o El moderno Prometeo (1831)

Mary Shelley

Mary Shelley y Frankenstein

La sombra de Mary Shelley. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Mary Shelley dio a luz a Frankenstein de una manera que guarda un interesante paralelismo con la forma en la que Stevenson concibió a su Jekyll y Hyde. Estimulada por un reto entre poetas, el rayo que alumbró a su criatura, a través de un profundo estado de ensoñación, obedeció a la obsesión sobre la maternidad de la autora, huérfana de madre y que ya había perdida a su primera hija, sumada a su visión crítica sobre los límites que los hombres están dispuestos a rebasar en nombre de la Ciencia. Sigue leyendo

Stevenson: Del diácono Brodie al doctor Hyde

Sobre obsesión y creatividad

Lo que es seguro es que ninguno de los grandes creadores tuvo una idea genial sin haberle destinado muchísimo tiempo previo a pensamientos profundos y obsesivos sobre un tema determinado. De hecho hay más relación entre obsesión y creatividad que entre coeficiente intelectual y creatividad.

Cómo se usa el cerebro

Facundo Manes

Stevenson no fue un hombre religioso. Fue algo mejor, fue un hombre ético. Un personaje de Bernard Shaw declara que ha dejado atrás el soborno del cielo: Stevenson hubiera podido agregar que ha dejado atrás la amenaza del infierno.

Jorge Luis Borges

El bien y el mal corren por mis venas y me empujan en direcciones opuestas. No quiero solo una cosa, las quiero todas.

Markheim

Robert Louis Stevenson

Robert Louis Stevenson

Stevenson en el espejo. Ilustración de Marta Gómez-Pintado para la edición de Nórdica Libros de «El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde»

 

Robert Louis Stevenson concibió El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde durante un sueño, como ya he explicado en El alquimista paciente. Ahora bien, ¿por qué, de entre todos sus sueños, fue precisamente ese el que lo empujó fuera de su lecho de enfermo para, en un arrebato que lo llevó al límite de sus fuerzas, escribir su obra en apenas una semana? ¿Fue una súbita iluminación, sin más conexión con sus circunstancias que, quizás, una mala digestión de la cena de esa noche? ¿O fue el fruto de una ardua deliberación previa que le fue entregado a su imaginación en la inesperada forma de un sueño? Sigue leyendo

«Voces de Chernóbil» (1997), de Svetlana Alexiévich

Amenaza nuclear. Ilustración de Marta Gómez-Pintado.
Paraíso nuclear. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

«El mundo que nos rodeaba, antes amoldable y amistoso, ahora infundía pavor. La gente mayor cuando se marchaba evacuada y aún sin saber que era para siempre, miraba al cielo y se decía: «Brilla el sol. No se ve ni humo, ni gases. No se oyen disparos. ¿Qué tiene eso de guerra? En cambio, nos vemos obligados a convertirnos en refugiados…». Un mundo conocido…, convertido en desconocido».

Svetlana Alexiévich
Voces de Chernóbil

Voces de Chernóbil cuenta la «historia omitida» del accidente nuclear de Chernóbil cuya última línea no se escribirá hasta dentro de miles de años. Svetlana Alexiévich da la voz a las víctimas de esta tragedia moderna para que ellas mismas nos permitan comprender el terrible alcance de lo ocurrido.

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El alquimista paciente: Stevenson y su Jekyll y Hyde

Sobre escritura y revisión crítica

Tachar una frase con un lápiz de color se hace en un momento y proporciona la adecuada actitud desdeñosa ante la propia prosa, que no debe considerarse sagrada.

Patricia Highsmith

Suspense: Cómo se escribe una novela de intriga

Como ya he explicado aquí nuestro apego emocional a lo que escribimos, sumado a nuestra acentuada tendencia a justificar cuanto hacemos, puede volver una tarea casi ciclópea cambiar una simple coma del propio texto. Si además, ese cambio es sugerido por otro, esta sugerencia puede llegar a tomarse como una verdadera afrenta. Amigos de toda la vida han dejado de dirigirse la palabra después de una crítica mal digerida (uno de los lectores más voraces que conozco dice que, por seguridad personal, casi nunca le comenta a un autor lo que piensa de su obra). Sigue leyendo