
Fotograma de «La casa encantada», de Robert Wise, primera y mejor adaptación al cine de «La maldición de Hill House».
Nunca me han querido en ninguna parte.
La maldición de Hill House
Shirley Jackson
Eleanor, la protagonista de esta bella novela gótica, es una mujer solitaria que ha pasado once años cuidando a su madre enferma. Tres meses después de su muerte, vive con su hermana, su cuñado y su sobrina. Su presencia es tolerada pero indeseada y ella lo sabe:
La única persona a la que odiaba genuinamente en el mundo, ahora que su madre había muerto, era a su hermana.
Eleanor acude a Hill House por la llamada de un investigador de fenómenos paranormales. Un episodio de su pasado (una lluvia de piedras sobre su casa) indica que tiene capacidades fuera de lo normal. El investigador confía en que ayude a esclarecer qué hay detrás de los extraños fenómenos que han sacudido a la siniestra mansión de Hill House desde su construcción y le han dado su fama de maldita. Eleanor ve en esta llamada su oportunidad de vivir una experiencia que cambie su destino. Hill House, un lugar que estremece con solo mirarlo, va a ofrecer a Eleanor lo que nunca ha tenido: un hogar. La oscura llamada que siente entre sus paredes la llevará al borde de la locura, mientras sus compañeros de aventura observan su extraño comportamiento con creciente escepticismo.

Retrato de Shirley Jackson
Shirley Jackson explicó en su ensayo Experiencia y ficción (ver también La lotería) ante la pregunta sobre de dónde sacaba las ideas para sus historias, que “dado que las historias se originan en sucesos cotidianos y emociones, cualquier escritor que trate de responder a esta cuestión se encontraría, en cierto detalle, contando la historia de su vida”. Shirley Jackson, como Eleanor y según cuentan sus biógrafas Judy Oppenheimer (Private demons: the life of Shirley Jackson) y Ruth Franklin (A rather haunted life: Shirley Jackson), tuvo una relación problemática con su madre, que le llegó a decir que ella había sido el fruto de un aborto fallido y que la criticó siempre por no ser todo lo femenina y convencional que ella quería que fuese. También como Eleanor, pese a sacar adelante un matrimonio con cuatro hijos, nunca conoció lo que era vivir en un hogar feliz. Su marido, el profesor y crítico Stanley Edgar Hyman, gustaba tanto de serle infiel con sus alumnas como de tratarla despóticamente de puertas adentro de su casa. Sobre el efecto que esta dolorosa situación provocaba en ella, la propia Shirley Jackson escribió en su diario (que mantenía en secreto):
… insegura, descontrolada, escribo sobre la neurosis y el miedo y creo que todos mis libros muestran de una punta a otra una larga documentación sobre la ansiedad.
Shirley Jackson tenía un gran interés por los fenómenos paranormales. Tras leer un libro sobre una casa encantada que no la convenció por su enfoque, empezó a darle vueltas a escribir su propia historia sobre el tema. Lo cuenta en Experiencia y ficción:
Como ocurre a menudo, desde el momento en el que empecé a pensar en fantasmas y casas encantadas, toda clase de cosas aparecían para reforzar mis intenciones, o quizás estaba tan absorta con mi nuevo libro que todo lo que veía me lo recordaba.
Primero la turbó la contemplación fugaz de la única parte de la fachada que quedaba en pie de un edificio en Nueva York. Un incendio lo había destruido meses antes, como averiguó poco después. Murieron nueve personas. Los niños del vecindario aseguraban que estaba maldito. Más tarde, hojeando una revista, vio una imagen que le recordaba a ese edificio:
Tenía el mismo aire de enfermedad y degradación, y si alguna vez una casa pareció una candidata a fantasma, era esta.
Lo que cuenta a continuación muestra a las claras cómo hay historias que llaman con tal fuerza a sus autores que es imposible que no las escriban:
Lo único que tenía que identificar era el nombre de un pueblo de California, así que escribí a mi madre, que ha vivido en California toda su vida, y la envié la foto, preguntándole si tenía idea de dónde podía conseguir información sobre esta fea casa. Ella me contestó con cierta sorpresa. Sí, conocía la casa, y le extrañaba que hubiese fotos de ella. Mi bisabuelo la construyó. Había estado unos años vacía y abandonada antes de incendiarse, y la creencia general era que la gente del pueblo se había juntado una noche y la habían prendido fuego.
Esta hostilidad de los lugareños hacia la casa maldita dentro de sus dominios queda expuesta brillantemente al comienzo de La maldición de Hill House con el desasosegante recibimiento que dispensan a Eleanor. Pero frente a la maldición bíblica que pesa en la mente de esta gente hosca y básica, Eleanor va a lanzar una mirada fascinada en la que la esperanza pesa más que el miedo:
El viaje termina en el encuentro de los amantes
Este estribillo de una canción de la época es el que va a guiar los pasos de Eleanor hacia lo que para los demás es su perdición y para ella su liberación.
Shirley Jackson consigue que el mismo encantamiento que atrapa a Eleanor entre los ángulos retorcidos y los rincones helados de Hill House atrape al lector, que se convierte en el verdadero cómplice de Eleanor en su viaje para escapar del letal abrazo de la soledad más cruel, la que se siente indeseadamente en la compañía de los otros.
Shirley Jackson escribió en su diario:
Cuando empecé a escribir historias y las escondía en mi escritorio solía pensar que nadie había estado nunca tan sola como yo y escribía sobre gente así de sola. Una vez comencé una novela… pero nunca la terminé porque por entonces descubrí la locura y empecé a escribir sobre lunáticos. Pensaba que yo estaba loca y escribí sobre cómo las únicas personas cuerdas son condenadas como locas y cómo todo el mundo es cruel y estúpido y tiene miedo de quienes son diferentes.
Si estáis tan locos como espero, solo puedo añadir una cosa: ¡Bienvenidos a Hill House!
NOTA: Os recomiendo la entrada de Noctua Nival en su blog sobre esta novela (La maldición de Hill House por Shirley Jackson). Incluye un análisis certero de las dos versiones en cine de esta obra maestra.
¡Hola! Me alegra que te gustará el libro 🙂 Conocía la historia de casa que inspiro a Shirley Jackson a escribir Hill House, es muy curioso que hasta fuera un pariente de ella el que creo la casa que tanto interés le causo. Lo que no sabía es la vida tan deprimente que tuvo, es una lástima. ¡Saludos!
P. D. Creo que todos los fans del libro pensamos lo mismo de la película noventera XD
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Este libro me ha conmovido como pocos. Ya, en su momento, la película de Robert Wise me impactó, pero la novela está por encima. Cómo escribe esta mujer… Saludos 🙂
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Hola Juan 🙂 muy buen análisis sobre los puntos que toca la novela, así como los pensamientos de la autora. Soy muy fan de tus reseñas, por el enfoque que les das. «La maldición de Hill House» es una historia fascinante así como «Siempre hemos vivido en el castillo», Shirley sabía cómo jugar con el lector y era una narradora magistral, logrando que todas esas emociones que pasan los personajes las sientas en carne propia o haciendo que te inquiete eso oculto que esconden detrás de una sonrisa. Tomo nota de la película. Saludos 🙂
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¡Gracias, Coremi! Coincido con lo que dices de Shirley, escribe maravillosamente. «Siempre hemos vivido en el castillo» será la siguiente que me lea de ella. La película de Robert Wise es una joya. Saludos 🙂
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Estoy segura que te encantará «Siempre hemos vivido en el castillo» y que Merrycat será un personaje que no olvidarás 🙂
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