«Los desposeídos» (1974): Ursula K. Le Guin y el poder transformador de la imaginación

Ursula K. Le Guin
Ursula K. Le Guin

Y lo más extraño en aquella calle de pesadilla era que ninguna de las cosas en venta había sido fabricada allí. […] Toda la gente en todas las tiendas eran o compradores o vendedores. No tenían otra relación con las cosas que la de la posesión.

Los desposeídos
Ursula K. Le Guin

El ejercicio de la imaginación es peligroso para quienes se aprovechan del estado de las cosas porque tiene el poder de demostrar que el estado de las cosas no es permanente, ni universal, ni necesario.

Una guerra sin fin
Ursula K. Le Guin

Anarres y Urras son dos planetas gemelos. Anarres es un mundo casi desértico y que apenas ofrece los mínimos recursos de supervivencia a sus habitantes, una colonia anarquista fundada por Odo, la visionaria líder que fue perseguida y encarcelada en Urras antes de huir generaciones atrás con sus seguidores. Urras, por su parte, es un mundo muy parecido al nuestro, con dos grandes potencias enfrentadas y que vamos a conocer al tiempo que Shevek, el protagonista de esta moderna odisea. Shevek es un físico que se siente exiliado entre los suyos y que decide emprender el camino de vuelta hacia el mundo del que vino su gente con la esperanza de poder servir de puente entre ambos lados de la frontera.

Shevek mira lo que deja atrás y lo que tiene delante desde una misma distancia crítica. Entender a unos y otros está en la base de su promesa de ser fiel a sí mismo y no engañarse sobre quién es. Takver, la mujer con la que ha sellado un compromiso que ninguna distancia puede arruinar, será su mejor aliada dentro de su soledad en el duro camino que ha decidido emprender. Los suyos le consideran un traidor, y sus nuevos anfitriones, que ansían la ventaja material que pueden obtener de sus conocimientos frente a sus rivales, le ven como un invitado incómodo cuando no directamente como una amenaza. Lejos de una visión maniquea de ambos mundos, participamos del espíritu crítico de Shevek para ir componiendo un retrato veraz de las dificultades que conlleva conquistar en la realidad el sueño de una sociedad justa y libre, que tantas veces acaba convertido en una pesadilla de injusticia y opresión.

El tema de la frontera es fundamental en la narrativa de Ursula K. Le Guin. Ella misma se definía como “nieta de la frontera norteamericana” (En la frontera, ensayo publicado en su recopilación de textos Contar es escuchar (2018), Editorial Círculo de Tiza). De niña vivió en California. Su padre era antropólogo. Sus amigos indios le permitieron familiarizarse desde el principio con la existencia de otras culturas diferentes de la suya y sensibilizarse con el drama de los últimos supervivientes de las tribus llamadas “salvajes” por aquellos que, mientras los exterminaban, se llamaban a ellos mismos “civilizados”. Afirma Ursula K. Le Guin en este ensayo:

Los norteamericanos han considerado su futuro del mismo modo que consideraban las tierras del Oeste: un espacio vacío (animales, indios, los alienígenas no cuentan) que debía “conquistarse”, “domesticarse”, llenarse con personas y con sus actividades: una tabula rasa sin sentido en la que podían escribir sus nombres. Ese es el mismo futuro que se encuentra en mucha ciencia ficción, pero no en la mía. En la mía, el futuro ya está lleno; es más viejo y más vasto que nuestro presente. Y nosotros somos los alienígenas.

Ursula K. Le Guin cuestiona en Los desposeídos la frontera que delimita nuestra definición de lo que somos, tanto en el plano individual como social. Imagina un mundo en el que la utopía se ha hecho realidad y las palabras tienen un significado distinto al que conocemos, un mundo que dista de ser perfecto pero que permite vislumbrar una forma posible de vivir en armonía con nuestro entorno y no en agresión permanente:

Los medios son el fin. Odo lo dijo toda su vida. Sólo la paz trae la paz, sólo los actos justos traen la justicia.

Ursula K. Le Guin desnuda al discurso político de su retórica. Frente a la épica de las grandes conquistas muestra, en Los desposeídos, el drama íntimo de quien sólo aspira a vivir en un mundo mejor.

Porque aquí no hay nada salvo los Estados y sus armas, los ricos y sus mentiras, y los pobres y su desgracia. No hay forma de actuar correctamente, con el corazón claro, en Urras. No puedes hacer nada sin que se mezcle el beneficio, y el miedo a la pérdida, y el deseo de poder. No puedes decir buenos días sin saber quién es “superior” al otro, o sin intentar probarlo. No puedes actuar como un hermano con los demás, debes manipularlos, o mandarlos, u obedecerlos, o engañarlos.

Shevek combate contra este estado de cosas desde su convicción personal de que otro mundo es posible. Y para que sea posible, el primer paso es poder imaginarlo. En el poder de la imaginación radica la fuerza que posibilita el cambio. Así lo escribe Ursula K. Le Guin en su ensayo ¿Por qué los norteamericanos temen a los dragones? publicado en 1974, en el mismo año que Los desposeídos:

Porque la fantasía es verdadera, por supuesto. No es factual, pero es verdadera. Los niños lo saben. Los adultos también, y eso es precisamente por lo que muchos de ellos temen la fantasía. Saben que su verdad desafía, incluso amenaza, todo lo que es falso, todo lo que es hipócrita, innecesario y trivial en la vida que han permitido que les fuercen a vivir. Temen a los dragones, porque temen a la libertad.

Libertad, justicia, solidaridad, grandes palabras que tantas veces suenan vacías y a las que Ursula K. Le Guin llena de sentido con su obra, en las que palpitan con un nuevo brillo que desde un futuro imaginado ilumina nuestro oscuro presente.

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Portada de "Los desposeídos", de Ursula K. Le Guin
Portada de "Contar es escuchar", de Ursula K. Le Guin

20 comentarios en “«Los desposeídos» (1974): Ursula K. Le Guin y el poder transformador de la imaginación

  1. ¡Hola! El año pasado tuve la suerte de leer por primera vez a esta autora en La rueda celeste una novela única en sus estilo que aborda sus temáticas de forma poco convencional. Por lo que dices los desposeídos debe ser tan buena como la que yo leí, quizás le de una oportunidad más adelante. ¡Saludos!

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  2. Excelente entrada para una gran escritora 🙂 fantástico Juan….aún tengo muchas obras pendientes de ella, en estos momentos estoy con otras cosas. Pero siempre es un placer leerla y sumergirse en sus mundos. Saludos 🙂

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