«El revés de la trama» (1948), de Graham Greene

Portada de "El revés de la trama", de Graham Greene

«Cuando era joven, Scobie creía que el amor tenía algo que ver con la comprensión, pero al envejecer había descubierto que ningún ser humano comprende a otro ser humano. El amor era el deseo de comprenderse; finalmente, a fuerza de fracasos, ese deseo moría; y el amor también moría, o se transformaba en ese doloroso afecto, en lealtad, en piedad…».

El revés de la trama
Graham Greene

Henry Scobie es un maduro oficial de la policía destinado en una remota colonia británica de la costa occidental de África. Estamos en 1942, en plena II Guerra Mundial. Su anodina existencia se ve agitada cuando su mujer se marcha una temporada y llega, tras el naufragio de un barco por el ataque de un submarino, una joven mujer que se convertirá en su amante. Scobie, profundamente católico y creyente, se sumirá en un abismo de remordimientos. El regreso de su mujer precipitará un desenlace a la altura de la caída interior que él está sufriendo.

Graham Greene explicó su objetivo cuando escribió El revés de la trama (Conversations with Graham Greene (1992), Henry J. Donaghy):

«Al escribir El revés de la trama, quería no solo plantear el problema del suicidio para un católico, que había sido evadido previamente, sino también mostrar que la lástima es una fuerza corruptora».

Scobie repite incansablemente a lo largo de toda la novela que es la lástima la que le lleva a estar con su mujer primero y luego con su amante. Desea que sean felices y pone su esfuerzo en ello, pero lo hace con tal sentido del deber que es imposible que haya otra cosa que problemas y sufrimiento donde él asoma su atormentado y enorme ego.

«Qué absurdo es esperar la felicidad en un mundo tan lleno de desventura. […] Señálenme al hombre feliz, y yo les señalaré egoísmo, o vanidad, o maldad, o si no, una ignorancia absoluta».

Este personaje tiene un desarrollo un tanto inverosímil. Sus acciones no parecen suficientemente justificadas por su crisis de fe. Pese a ello, Graham Greene logra transmitir un desasosiego existencial genuino, que hace reconocible este título dentro del conjunto de su obra.

Retrato de Graham Greene con gabardina junto a una biblioteca

Graham Greene intentó suicidarse cuando era un adolescente, tiempo antes de convertirse al catolicismo. Afirmaba en su obra autobiográfica Vías de escape (1980):

«Escribir es una forma de terapia. Algunas veces, me pregunto cómo todos aquellos que no escriben, componen o pintan pueden arreglárselas para escapar de la locura, la melancolía, el miedo al pánico que son inherentes a la condición humana».

Esta novela da testimonio de una angustia que se siente real, sin embargo, el enfoque teológico desvirtúa en gran medida el resultado. El propio Graham Greene, que se inspiró en sus vivencias como espía en Sierra Leona durante la II Guerra Mundial, tenía sus reservas con El revés de la trama. Al respecto, escribió también en Vías de escape:

«Quizás Scobie debería haber sido un tema para una comedia cruel en vez de para una tragedia».

Graham Greene acertaría de lleno cuando, años después, con premisas relativamente parecidas, escribió obras maestras como El americano impasible.

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7 comentarios en “«El revés de la trama» (1948), de Graham Greene

  1. Hola, nunca lo he leído pero si lo escuché nombrar muchas veces (como a Irene Nemirovsky) en estos momentos no estoy de ánimo para leer nada desolador pero sin dudas lo anoto para su futura lectura. Gracias por la recomendación. Saludos 🙂

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