Cinco claves en la construcción del protagonista: David Corbett y «El arte de crear personajes»

Hace poco me he encontrado con la misma frase en boca del protagonista de una novela y de una película. La dicen al final de la historia:

«Ahora me doy cuenta de que todo lo que ha ocurrido hasta llegar aquí conducía inevitablemente a este preciso lugar en este justo momento».

Choca tal afirmación porque si por algo destacan ambas ficciones es por tener un desarrollo arbitrario de la trama. La insuficiente motivación de sus protagonistas para justificar sus acciones les hace parecer en todo momento títeres en manos de sus autores. Esta frase final es la confirmación. Los autores disfrazan con una pretendida trascendencia lo que no ha obedecido más que a su capricho. Entiéndase este como falta de dominio del oficio narrativo. Por eso ponen en boca de sus protagonistas lo que debiera ser evidente por sí mismo, si hubiese sido el caso.

Sigue leyendo

«El rumor del oleaje» (1954), de Yukio Mishima: Dafnis y Cloe en una isla paradisiaca

El rumor del oleaje, de Yukio Mishima. Ilustración de Marta Gómez-Pintado
El rumor del oleaje, de Yukio Mishima. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Ambos oraron durante largo rato. Y precisamente porque nunca se les había ocurrido dudar de la providencia de los dioses, percibían esa providencia a su alrededor.

El rumor del oleaje
Yukio Mishima

Nos hallamos en Utajima, una pequeña isla japonesa. Shinji, un joven pescador, conoce a Hatsue, la hija de un rico propietario, y los dos se enamoran. El padre de Hatsue busca marido para su hija, pero Shinji es pobre y no cuenta para la elección. Los dos jóvenes tendrán que vencer los obstáculos que se les presentan para que su amor triunfe.

Sigue leyendo

«Fuera hace frío»: La historia de este thriller psicológico en dos miradas

Todas las historias que nos enganchan tienen una parte previsible, otra que resulta reveladora y una conclusión que ata su sentido.

Mirad la portada de «Fuera hace frío».

Su lectura normal es de arriba abajo.

Lo que estáis viendo es el comienzo de la novela.

Portada de "Fuera hace frío", de Juan Gómez-Pintado

Os propongo una lectura diferente: de abajo arriba. Si tomáis el primer término de la imagen como el comienzo, veréis una proyección inesperada de la historia.

Así es como sigue la novela.

¿Y el final?

Lo único que os digo es que no hay gato encerrado…

The blogger recognition award: Mis blogs favoritos

Logo de The blogger recognition award

Coremi, de Saltos en el viento, me ha nominado a este premio en su entrada Blogs que recomiendo sin pestañear. Además de darle las gracias por acordarse de mí, yo también recomiendo su blog sin pestañear. Coremi tiene un gusto tan excelente como variado, sus análisis son certeros y transmite siempre una calidez al escribir que me lleva a dudar de que exista el invierno donde ella vive. Enlazo, como muestra, su entrada sobre la serie My mad fat diary.

Respondo un par de preguntas y nomino a mis favoritos, siguiendo la dinámica de esta propuesta:

¿Cómo comenzó mi blog?

Mi blog comenzó porque escuchaba a muchas personas inteligentes decir que querían “salir de su zona de confort” y a mí me acababan de echar a patadas de mi «zona de confort» y no entendía por qué nadie iba a desear algo tan poco recomendable. Fue fácil desnudar la manipulación ideológica detrás de ese absurdo mantra con mi receta favorita: el estudio de la construcción dramática. Me ayudé de Aristóteles para explicarlo y fue muy divertido (Vuelve a tu zona de confort). Sigue leyendo

Ernst Lubitsch, la censura y los críticos: «Ser o no ser» (1942)

Lubitsch y la censura

El mago Lubitsch. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

El señor Lubitsch es un Nerón jugando con su lira mientras Roma arde.
Bosley Crowther, crítico del New York Times

Una risa no es algo a despreciar.
Greenberg, en Ser o no ser.
Ernst Lubitsch, director y guionista junto con Edwin Justus Mayer

La sátira es algo muy serio, aunque no tanto como los censores y los críticos que velan por las buenas formas en el arte, atañan estas a la moralidad o a la estética. De hecho, cuanto más inmoral y grotesco sea el sistema que defienden, más importante se hace su presencia.

El Código Hays imperaba en Hollywood desde 1934, un código de autocensura que los magnates de la industria cinematográfica de Hollywood habían abrazado con fervor para garantizar la buena marcha de su negocio. Sigue leyendo

«La lotería» (1948): Shirley Jackson y la más antigua de las terapias de grupo

NOTA: El análisis que sigue sobre La lotería puede arruinar su lectura a quien no lo conozca todavía por la información que aquí se ofrece del mismo. Avisados quedáis 😉

La lotería. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La lotería. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Shirley Jackson escribió su relato La lotería en junio de 1948. El 28 de ese mismo mes lo publicaba el semanario The New Yorker. El escándalo y el éxito fueron inmediatos. El semanario recibió en los siguientes días el mayor aluvión de cartas de su historia. Muchas eran de suscriptores indignados que querían darse de baja. Sigue leyendo

«Una historia de amor y oscuridad» (2002), de Amos Oz

Solos. Ilustración de Marta Gómez-Pintado
Solos. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

De mi madre no he hablado casi nunca en toda mi vida hasta ahora, hasta escribir estas páginas. Ni con mi padre, ni con mi mujer, ni con mis hijos ni con nadie. Tras la muerte de mi padre, tampoco hablé apenas de él. Como si hubiese sido un niño expósito.

Una historia de amor y oscuridad
Amos Oz

Amos Oz publicó en 2002, ya en plena madurez de su vida con más de sesenta intensos años a sus espaldas, este impresionante relato autobiográfico. Amos Oz nació en 1939, por lo que durante su infancia y adolescencia, período en el que se centra su escrito, le tocó vivir en su Jerusalén natal la génesis del estado de Israel (1948). La ilusión exultante de “los años grandiosos”, en medio de la tragedia por la persecución nazi y exterminio de los judíos en Europa, desembocó, con la inmediata declaración de guerra de los países árabes en defensa de Palestina, en el crudo despertar de “la mañana del día siguiente”, una mañana, en palabras de Amos Oz, “grisácea, deprimente, húmeda, avara y mezquina”. Es sabido que el conflicto entre Israel y Palestina sigue abierto hoy, y Amos Oz habla de ello en este libro, dando una visión acorde con su militancia en el movimiento Paz Ahora del que es uno de los fundadores y que aboga por una solución de dos estados en el que unos y otros puedan convivir pacíficamente. Escribe:

Sigue leyendo

«Por último, el corazón» (2016), de Margaret Atwood

Por último, el corazón. Ilustración Marta Gómez-Pintado
Por último, el corazón. Ilustración Marta Gómez-Pintado

Si la prisión no es una prisión, ¡el mundo de fuera no tiene sentido!

Por último, el corazón
Margaret Atwood

Stan y Charmaine son un matrimonio joven que ha sufrido las consecuencias de la brutal crisis económica que azota Estados Unidos. Viven en un coche. Sólo se tienen el uno al otro, el resto lo han perdido. Cada día es una aventura en busca de la supervivencia. Hasta que ven un anuncio del proyecto experimental Positrón que puede ser su salvación. Les ofrecen casa y comida a cambio de perder su libertad de por vida tras los muros de la paradisiaca ciudad de Consiliencia. En esta ciudad se encuentra también la penitenciaría Positrón. Durante un mes vivirán juntos en una casa confortable como la que tenían antes de la crisis. El mes siguiente lo pasarán, separados, en la cárcel. Alternarán con otra pareja. Serán guardianes y presos. Trabajarán sin remuneración para contribuir al mantenimiento del proyecto.

Sigue leyendo

«La multitud» (1947): Ray Bradbury y el Día del Juicio Final

NOTA: El análisis que sigue sobre La multitud puede arruinar la lectura de este cuento a quien no lo conozca todavía por la información que aquí se ofrece del mismo. Avisados quedáis 😉

Sobre obsesión, creatividad, método y mito

La multitud. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La multitud. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La máquina de escribir debe ser como el tablero de una güija; y tus manos se mueven sobre él y revelan cosas sobre ti mismo que no conoces.

Ray Bradbury entrevistado por James Day.
Day at night (CUNY TV, 1974)

Qué rápido se reúne una multitud, como un iris que se cierra de pronto en el ojo, pensó Spallner.

La multitud (1947)
Ray Bradbury

Ray Bradbury lo pasaba mal dentro de un coche. A la pregunta de por qué no conducía, durante su entrevista con James Day para el programa Day at night, contestó así: Sigue leyendo

«Amy» (La chica detrás del nombre) (2015), de Asif Kapadia

Amy Winehouse. Ilustración de Marta Gómez-Pintado
Amy Winehouse. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

«Cantar siempre ha sido importante para mí, pero nunca pensé: “Me gusta cantar, seré una cantante.” Solo pensaba: “Tengo suerte de tener algo que pueda hacer siempre que quiera hacerlo. Soy afortunada de tenerlo.” Pero no pensaba que sería una decisión profesional».

Amy Winehouse

Amy Winehouse causó un gran impacto dentro del mundo del jazz con su álbum de debut Frank, en el año 2003, cuando apenas contaba veinte años. Durante un tiempo pudo dedicarse a su pasión, la música, sin tener que pagar el amargo tributo por su fama que poco después la llevaría a ser objeto de continuo acoso de la prensa sensacionalista, sirviendo de carnaza para sus titulares escandalosos. Fue en esa primera época cuando dijo:

«No creo que vaya a ser famosa. No creo que pueda manejarlo. Probablemente enloquecería».

Sigue leyendo

«Los crímenes del lago», de Gemma Herrero Virto: Sobre la pérdida de la inocencia

Ouija. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Los crímenes del lago. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Hay personas que dicen no tenerle miedo a los fantasmas: las que son lo bastante necias para creer que no existen.

Los crímenes del lago
Gemma Herrero Virto

Pero nuestro amor era mucho más fuerte que el amor
de aquellos que eran mayores que nosotros.

Annabel Lee
Edgar Allan Poe

Eric, el joven protagonista de esta novela, es expulsado del paraíso de su niñez cuando, con doce años, su primer amor, Anne Austen, es asesinada en Swanton, una tranquila población junto a un gran lago, en el primero de una serie de asesinatos que volverán del revés su mundo. Quince años después, el asesino sigue sin aparecer Sigue leyendo

«Casa tomada» (1951): Julio Cortázar y el laberinto

NOTA: El análisis que sigue sobre Casa tomada puede arruinar la lectura de este cuento a quien no lo conozca todavía por la información que aquí se ofrece del mismo. Avisados quedáis 😉

Sobre obsesión, creatividad, sueño y mito

Casa tomada, de Julio Cortázar

Casa tomada, de Julio Cortázar. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

La gran mayoría de mis cuentos fueron escritos —cómo decirlo— al margen de mi voluntad, por encima o por debajo de mi consciencia razonante, como si yo no fuera más que un médium por el cual pasaba y se manifestaba una fuerza ajena.

Algunos aspectos del cuento
Julio Cortázar

Julio Cortázar escribió su cuento Casa tomada después de un sueño. Su relato de esta experiencia en su entrevista con Joaquín Soler Serrano en el programa de TVE A fondo (1977) permite conocer de primera mano cómo llegó al papel lo que empezó como una pesadilla: Sigue leyendo

«Perfil asesino» (2005), de John Connolly: la novela negra metafísica

Perfil asesino, de John Connolly

Perfil asesino, de John Connolly. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Grace Peltier, antigua conocida del detective Charlie Parker, el protagonista de esta novela, tercera de una larga serie que ya cuenta con dieciséis títulos, ha aparecido muerta en su coche. La versión oficial es que se trata de un suicidio, pero su padre tiene motivos para creer que ha sido asesinada. Grace estaba investigando a una secta, la Hermandad, a la que creía vinculada con la extraña desaparición en 1964 de los Baptistas de Aroostoock, un pequeño grupo religioso de cuyos miembros nadie ha vuelto a tener noticias. Hasta que un movimiento de tierras accidental desentierra sus cadáveres en el bosque. Sigue leyendo

«Clavícula», de Marta Sanz: Dolor y rebeldía

“Voy a contar lo que me ha pasado y lo que no me ha pasado.
La posibilidad de que no me haya pasado nada es la que más me estremece.”

Clavícula
Marta Sanz

«En el reino animal, la regla es: comed o sed comidos; en el reino humano: definid o sed definidos.»

El segundo pecado
Thomas Szasz

Clavícula, de Marta Sanz. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Clavícula. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Durante un vuelo transoceánico, Marta Sanz siente un dolor en su clavícula que no puede atribuir a ninguna causa específica. Comienza así una pesadilla donde la autora se verá enfrentada a sus peores demonios mientras busca un diagnóstico para el fiero dolor que la acosa. Sigue leyendo

Mary Shelley, la madre de Frankenstein

Sobre obsesión y creatividad

La invención, debe admitirse humildemente, no consiste en crear a partir del vacío, sino del caos; los materiales deben, en primer lugar, ser suministrados: puede dar forma a oscuras, informes sustancias, pero no puede crear la sustancia misma.

Prólogo a la tercera edición de Frankenstein o El moderno Prometeo (1831)

Mary Shelley

Mary Shelley y Frankenstein

La sombra de Mary Shelley. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Mary Shelley dio a luz a Frankenstein de una manera que guarda un interesante paralelismo con la forma en la que Stevenson concibió a su Jekyll y Hyde. Estimulada por un reto entre poetas, el rayo que alumbró a su criatura, a través de un profundo estado de ensoñación, obedeció a la obsesión sobre la maternidad de la autora, huérfana de madre y que ya había perdida a su primera hija, sumada a su visión crítica sobre los límites que los hombres están dispuestos a rebasar en nombre de la Ciencia. Sigue leyendo

Basado en hechos reales II

 

Retrato de Hannah Arendt. Ilustración de Marta Gómez-Pintado
Hannah Arendt. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

«Las mentiras resultan a menudo mucho más verosímiles, más atractivas para la razón, que la realidad, porque quien miente tiene la gran ventaja de conocer de antemano lo que su audiencia espera o desea oír. Ha preparado su historia para el público con la preocupación de hacerla creíble, mientras que la realidad tiene el hábito desconcertante de confrontarnos con lo inesperado, para lo que no estábamos preparados».

Crisis de la República
Hannah Arendt

Nuestro espíritu crítico se activa cuando tenemos que tomar una decisión, elegir entre bienes incompatibles o el menor de los males. Si nos engañan o interpretamos equivocadamente la información que tenemos, tomaremos una mala decisión que, desde ese momento, justificaremos. La fe que ponemos en nuestras decisiones nace de esa misma capacidad que tenemos para la «suspensión voluntaria de la incredulidad» ante la ficción de la que hablaba Coleridge. Por lo mismo, la ficción puede activar nuestro espíritu crítico e introducir una saludable duda sobre la verdad de nuestra situación.

Sigue leyendo

Stevenson: Del diácono Brodie al doctor Hyde

Sobre obsesión y creatividad

Lo que es seguro es que ninguno de los grandes creadores tuvo una idea genial sin haberle destinado muchísimo tiempo previo a pensamientos profundos y obsesivos sobre un tema determinado. De hecho hay más relación entre obsesión y creatividad que entre coeficiente intelectual y creatividad.

Cómo se usa el cerebro

Facundo Manes

Stevenson no fue un hombre religioso. Fue algo mejor, fue un hombre ético. Un personaje de Bernard Shaw declara que ha dejado atrás el soborno del cielo: Stevenson hubiera podido agregar que ha dejado atrás la amenaza del infierno.

Jorge Luis Borges

El bien y el mal corren por mis venas y me empujan en direcciones opuestas. No quiero solo una cosa, las quiero todas.

Markheim

Robert Louis Stevenson

Robert Louis Stevenson

Stevenson en el espejo. Ilustración de Marta Gómez-Pintado para la edición de Nórdica Libros de «El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde»

 

Robert Louis Stevenson concibió El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde durante un sueño, como ya he explicado en El alquimista paciente. Ahora bien, ¿por qué, de entre todos sus sueños, fue precisamente ese el que lo empujó fuera de su lecho de enfermo para, en un arrebato que lo llevó al límite de sus fuerzas, escribir su obra en apenas una semana? ¿Fue una súbita iluminación, sin más conexión con sus circunstancias que, quizás, una mala digestión de la cena de esa noche? ¿O fue el fruto de una ardua deliberación previa que le fue entregado a su imaginación en la inesperada forma de un sueño? Sigue leyendo

Basado en hechos reales

Sobre la suspensión de la incredulidad

Es preferible lo imposible verosímil a lo posible inverosímil.

Poética

Aristóteles

“Basado en hechos reales”: cuando vemos esta advertencia al comienzo de una historia nos predispone a creer en la verdad de lo que vamos a ver o leer por increíble que pueda resultar, y también a darle más valor, pues preferimos lo verdadero a cualquier sucedáneo.

Ahora bien, si la historia falla en la exposición de los personajes y la trama, nos empezará a resultar increíble de verdad lo que sucede, por muy basado en hechos reales que esté, y acabaremos poniendo en duda que haya pasado realmente, o pensaremos que ha ocurrido de cualquier otra manera a como nos lo están contando. Sigue leyendo

«Voces de Chernóbil» (1997), de Svetlana Alexiévich

Amenaza nuclear. Ilustración de Marta Gómez-Pintado.
Paraíso nuclear. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

«El mundo que nos rodeaba, antes amoldable y amistoso, ahora infundía pavor. La gente mayor cuando se marchaba evacuada y aún sin saber que era para siempre, miraba al cielo y se decía: «Brilla el sol. No se ve ni humo, ni gases. No se oyen disparos. ¿Qué tiene eso de guerra? En cambio, nos vemos obligados a convertirnos en refugiados…». Un mundo conocido…, convertido en desconocido».

Svetlana Alexiévich
Voces de Chernóbil

Voces de Chernóbil cuenta la «historia omitida» del accidente nuclear de Chernóbil cuya última línea no se escribirá hasta dentro de miles de años. Svetlana Alexiévich da la voz a las víctimas de esta tragedia moderna para que ellas mismas nos permitan comprender el terrible alcance de lo ocurrido.

Sigue leyendo

Trama y personaje: su diferente relación según la época

Trama y personaje. Ilustración de Marta Gómez-Pintado
La visión del autor. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

¿Importa más la trama o el personaje? Robert Mckee, en El guión, expone brevemente el desarrollo histórico de esta cuestión. Si para Aristóteles era la trama la que prevalecía sobre el personaje, para los novelistas modernos es el personaje quien manda. Sostiene Robert Mckee que este debate es irresoluble, ya que “el planteamiento es engañoso”. Según él, “la estructura es el personaje y el personaje es la estructura”. Esta visión, que quizás compartan muchos guionistas y escritores actuales, es tan acertada o discutible como las anteriores. El trasfondo histórico explica esta percepción diferente sobre la trama y el personaje.

Sigue leyendo

El alquimista paciente: Stevenson y su Jekyll y Hyde

Sobre escritura y revisión crítica

Tachar una frase con un lápiz de color se hace en un momento y proporciona la adecuada actitud desdeñosa ante la propia prosa, que no debe considerarse sagrada.

Patricia Highsmith

Suspense: Cómo se escribe una novela de intriga

Como ya he explicado aquí nuestro apego emocional a lo que escribimos, sumado a nuestra acentuada tendencia a justificar cuanto hacemos, puede volver una tarea casi ciclópea cambiar una simple coma del propio texto. Si además, ese cambio es sugerido por otro, esta sugerencia puede llegar a tomarse como una verdadera afrenta. Amigos de toda la vida han dejado de dirigirse la palabra después de una crítica mal digerida (uno de los lectores más voraces que conozco dice que, por seguridad personal, casi nunca le comenta a un autor lo que piensa de su obra). Sigue leyendo

Noticias desde el planeta Clarion: The Dorothy Martin Experience

Disonancia cognitiva y bloqueo creativo

 

The Dorothy Martin Experience

Dorothy Martin. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Estamos en Chicago, 20 de diciembre de 1954. Dorothy Martin lidera una secta apocalíptica. A través de la escritura automática, los seres del planeta Clarion llevan meses comunicando con ella y le han hecho saber que este día a medianoche va a ser el fin del mundo. Sigue leyendo

El bloqueo como síntoma

Tienes una buena idea para una historia y empiezas a escribir. Al principio, todo fluye maravillosamente. Te sientes eufórico mientras van cayendo las páginas. Como un surfista que se ha subido en una buena ola, cabalgas exultante hacia el horizonte de la gloria literaria, que ya sientes a tu alcance. Sin embargo, esa ola empieza a desinflarse como un suflé y cuando te quieres dar cuenta ya no hay ola ni horizonte de gloria a la vista. Sigue leyendo

Vuelve a tu zona de confort

Desmontando un absurdo de nuestros días

Millones de personas viven hoy desplazados de sus hogares por las guerras, hambrunas y persecuciones políticas o religiosas en la mayor crisis de refugiados que se conoce desde el final de la II Guerra Mundial.

Millones de personas también han perdido sus casas, sus trabajos y sus ahorros a consecuencia de la crisis de 2008, que ha traído toda suerte de recortes en la educación, sanidad, salarios, mientras billones del presupuesto público eran destinados a cubrir las pérdidas del sector bancario y financiero en lo que oficialmente se ha llamado rescate y que una mayoría creciente consideramos una estafa, cuyo objetivo básico es enriquecer a unos pocos a costa de volver un infierno la existencia del resto.

En resumen, podemos decir que nos han sacado de una patada de nuestra zona de confort y que todavía estamos recomponiendo la figura después del golpazo. Sigue leyendo

Sorpresa y suspense

Hitchcock a punto de encenderse un puro. Ilustración de Marta Gómez-Pintado
Hitchcock a punto de encenderse un puro. Ilustración de Marta Gómez-Pintado

Si te gusta cómo empieza una historia, lo primero que querrás saber es cómo acaba. Lo imprevisto y la incertidumbre son lo que mantiene la emoción. Sin sorpresa ni suspense las expectativas que genera la historia se cumplirán de la manera más previsible, que es también la más aburrida.

  • Sorpresa: pasas un reconocimiento médico rutinario y descubren que tienes un tumor. Tu vida da un giro inesperado.
  • Suspense: realizas nuevas pruebas para determinar si el tumor es benigno o maligno. Permaneces en vilo hasta que tengas el resultado. Cada detalle se carga ahora de sentido, como esa verruga que tienes en el cuello. ¿Desde cuándo está ahí? Buscas una clave que te permita anticipar lo que va a suceder. ¿Y qué haces ahora? ¿Investigas sobre el tema? ¿Hablas con los tuyos o esperas para no preocuparles? Hagas lo que hagas, todo queda supeditado al momento en el que te comuniquen el resultado de las pruebas.

Si la sorpresa está conectada con el sentido de la historia, revelará una dirección hasta entonces oculta de la narración. Actúa como punto de giro. Empuja la acción hacia delante.

Si el suspense está conectado con el sentido de la historia, la expectativa que genera afectará decisivamente a la suerte de los personajes, incluso aun cuando estos no fuesen conscientes de ello. El suspense facilita que nuestras emociones se conecten con el relato. Cuanto más haya en juego, más emocionante nos resultará lo que suceda hasta que se resuelva el conflicto. El suspense retarda la acción.

Por el contrario, si la sorpresa es mera anécdota, su carácter arbitrario, no necesario, lastrará el ritmo del conjunto y solo la brillantez del efecto que consiga puede justificarla, aunque este efecto será efímero. A su vez, si el suspense afecta a una cuestión menor, que en nada altera el curso de la narración, su carácter superficial recargará la historia de barroquismos efectistas que tenderán a distanciar al público, y en la distancia la emoción se pierde.

La sorpresa y el suspense son dos técnicas narrativas que imitan la manera en la que nos afecta lo imprevisto y la incertidumbre en nuestras vidas.

Lo imprevisto y la incertidumbre ponen en cuestión el sentido que damos, a través de nuestras expectativas, a nuestras acciones.

Sin lo imprevisto ni la incertidumbre todos nuestros empeños culminarían con éxito en una cadena lógica de causa-efecto, lo que nos convertiría en autores de nuestra propia vivencia, a semejanza de los dioses. Nos bastaría con desear algo para conseguirlo. Pero somos simples actores que sólo encontramos el sentido a nuestras acciones al concluirlas y situarnos con relación a ellas como espectadores. Por ejemplo: compras una casa pensando que va a ser la base sobre la que se construya tu futura felicidad y acaba siendo tu ruina porque al final no puedes pagar la hipoteca y te desahucian.

Lo único que sabemos seguro sobre el resultado de nuestras acciones es que, en un punto que desconocemos, la muerte interrumpirá su curso. En ese punto ya no cuentan intenciones y posibilidades. La lectura de sentido se hace sobre un trayecto cerrado que interpretamos como un destino cumplido.

El sentido final de una historia se alcanza allá donde todo imprevisto e incertidumbre se agota.

En cierta manera, toda historia es un relato de suspense que arranca con una sorpresa que cambia las expectativas de su protagonista (rompe su equilibrio, ya sea interna o externamente) y le obliga a actuar para volver a encontrar la armonía perdida, lo que le conducirá a nuevas sorpresas y revelaciones que alterarán el sentido de su vivencia hasta anclar su significado en el punto final, ese punto más allá del cual ya no puede haber sorpresa ni suspense.

Entradas relacionadas: