
¿Importa más la trama o el personaje? Robert Mckee, en El guión, expone brevemente el desarrollo histórico de esta cuestión. Si para Aristóteles era la trama la que prevalecía sobre el personaje, para los novelistas modernos es el personaje quien manda. Sostiene Robert Mckee que este debate es irresoluble, ya que “el planteamiento es engañoso”. Según él, “la estructura es el personaje y el personaje es la estructura”. Esta visión, que quizás compartan muchos guionistas y escritores actuales, es tan acertada o discutible como las anteriores. El trasfondo histórico explica esta percepción diferente sobre la trama y el personaje.
Si domina una visión religiosa y política como en la Atenas de Aristóteles, la acción está por encima del personaje. La acción revela, en este caso, el efecto de fuerzas cósmicas superiores a su protagonista. Más allá del hombre están los dioses que mueven los hilos de su destino. Un ejemplo: Edipo rey, de Sófocles.
Si domina una visión naturalista y social como en el mundo de la burguesía y las revoluciones industriales, el personaje está por encima de la acción. Esta revela su carácter y no una fuerza cósmica superior a él. El hombre está emparentado ahora con los monos y no con los dioses, el misterio ya no está fuera sino dentro, en la conciencia individual que fluye libre frente a las ataduras del medio social con las que interactúa. Un ejemplo: Madame Bovary, de Gustave Flaubert.
Si domina una visión cuántica y virtual, como en esta época de universos paralelos invisibles y pantallas que nos los muestran, el personaje y su acción tienen un mismo valor relativo. La acción revela tanto el carácter del personaje como la existencia de fuerzas cósmicas con las que interactúa. Estas fuerzas pueden destruir al hombre igual que le pueden ayudar en la búsqueda de su destino. Es él mismo quien lo determina con sus elecciones, un destino donde la suerte de uno afecta a la suerte de todos. Un ejemplo: La guerra de las galaxias, de George Lucas.
Sea cual sea la visión dominante en cada momento, la importancia que damos al personaje y la acción depende de la visión del mundo de cada uno. Esta visión puede coincidir o discrepar con la corriente general. En todo caso, es un a priori de la creación artística. Y a priori todas las opciones son válidas para contar nuestra historia. Lo que varía con nuestra elección es el sentido que transmitimos.
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