«La idea de ser respetado solía intimidarme excesivamente. Mi definición de un hombre «respetable» era la de quien ha triunfado casi completamente en engañar a la gente, pero que, finalmente, es desenmascarado por alguien omnisciente, omnipotente, que le arruina y le hace sufrir una vergüenza peor que la muerte».
Indigno de ser humano
Osamu Dazai
Tres fotografías, tres diarios. Su protagonista es Oba Yozo, un loco según nos cuenta el escritor que introduce la historia y que le va a dar su epílogo. Desde el primer momento, Yozo nos hace partícipes de la visión monstruosamente deformada que tiene de su propia naturaleza. Se siente «descalificado como ser humano», abrumado por la vergüenza que le provocan sus limitaciones y faltas, y por la conciencia de su incapacidad para encajar entre quienes se supone que son sus semejantes. Yozo se esconde tras la máscara de un payaso para que los demás le toleren. Le aterra que puedan descubrirle. Actuará con vileza y cobardía, nunca dará la talla, ni siquiera tendrá éxito con sus intentos de suicidio. Solo triunfará como libertino, entregándose a una vida de total disipación:
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