«Los cuatro libros» (2011), de Yan Lianke

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«Se prohíbe leer o escribir sin permiso; abstenerse de pensar».

Los cuatro libros
Yan Lianke

Yan Lianke narra en Los cuatro libros las penalidades sufridas por los intelectuales represaliados por Mao Zedong y los cuadros de mando del Partido Comunista Chino durante la llamada Campaña Antiderechista en 1957. Acusados de reaccionarios y de traición a la Revolución, la mayoría de los intelectuales fueron enviados a campos de reeducación.

«Daba igual su procedencia: de la capital, del sur, de la capital provincial o de allí mismo; catedráticos, cuadros del Partido, eruditos, profesores o pintores, sabios dotados de enorme talento o con conocimientos suficientes para llenar cinco carros. Terminaron por llevarlos allí a todos para educarlos mediante el trabajo manual, para formar hombres nuevos. Dos, tres, cinco u ocho años, o simplemente toda la vida».

A las durísimas condiciones de la vida en estos campos se unían las delirantes exigencias de producción, primero de trigo y luego de acero y hierro durante la época del Gran Salto Adelante. Esta planificación aberrante provocó una de las grandes tragedias de la era moderna: más de treinta millones de campesinos murieron de hambre durante estos terribles años. La versión oficial echó la culpa a sequías e inundaciones.

Yan Lianke nos cuenta en Los cuatro libros los avatares vividos en el campo 99, cerca del gran río Amarillo. El campo está dirigido por un niño. El comienzo del relato hace guiños al Génesis bíblico, para adentrarnos pronto en un Apocalipsis a golpe de hoz y martillo. El niño, que tiene una vena mística retorcida, no es más que un peón dentro del juego de sus amos. Otros personajes destacados son un escritor, un erudito, una música y un religioso dentro de un paisaje coral en el que la desesperación y el sufrimiento son la nota común.

Todos quieren volver a casa, pero ese derecho se lo tienen que ganar. El camino más corto para ello es delatar a quienes infringen las severas normas que rigen la vida del grupo. El sexo está prohibido. Muchos dedicarán sus desvelos a intentar sorprender a los amantes in fraganti. El escritor protagonista, por su parte, espiará para los mandos y les entregará sus Notas sobre los criminales. Aspira así a ganarse su libertad, siempre que no le descubran antes los compañeros a los que está traicionando.

Este régimen de terror envenena todas las relaciones. Cualquiera puede ser acusado arbitrariamente y torturado o asesinado por ello. Así, todos agachan la cabeza servilmente mientras pelean por ganarse el favor de sus verdugos para escapar de este infierno.

Yan Lianke define su técnica narrativa como «‘realismo espiritual’, un estilo que no hace hincapié en la realidad palpable de la vida, sino en la del alma y del espíritu». Esta afirmación adquiere todo su peso en Los cuatro libros cuando, durante el transcurso de su cautiverio, cambia la naturaleza del terror que enfrentan sus desdichados protagonistas. Ya no son las balas de los guardias rojos, sino el hambre el que va a poner a todos ante la más dura prueba que nadie pueda soportar. Por momentos, la narración adquiere oscuras resonancias kafkianas mientras vemos cómo el escritor lucha por sacar adelante una quimera en un agostado campo:

«Debía entregar mi sangre a aquellas plantas de trigo con abierta generosidad. Por la noche el trigo absorbía mejor los nutrientes; por el día, el viento y la luz».

Yan Lianke realiza una descripción extraordinaria e igualmente espeluznante de los estragos que causa el hambre entre los condenados del campo 99. El paisaje de horror que describe nos introduce de lleno en el corazón de unas tinieblas en las que lo humano y lo animal se confunden. Los supervivientes de este holocausto campesino llegarán a recurrir a medidas tan extremas como el canibalismo para sobrevivir. Es difícil leer estas páginas sin sentir un sobrecogimiento profundo. A la vez, alumbran un conocimiento necesario sobre los horrores en los que desemboca la ceguera totalitaria.

Yan Lianke ha publicado Los cuatro libros en Hong Kong y Taiwan. No encontró editorial en China, donde los primeros años de Mao en el poder sí han sido objeto de crítica. Reflexiones de Lianke como la siguiente ponen en duda que vaya a encontrar editor allí pronto:

«¿No es acaso el relato que recoge mi novela Los cuatro libros la historia real del comunismo? En momentos concretos de la historia en los que se ha perdido la razón y la gente se ha movido en una especie de ensoñación han ocurrido un sinfín de hechos terribles».

Por último, destacar la excelente traducción de Taciana Fisac, que introduce esta obra maestra de la literatura contemporánea con un prólogo imperdible.

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11 comentarios en “«Los cuatro libros» (2011), de Yan Lianke

  1. ¡Hola! Hay muchos libros en occidente que cuentan el daño que hizo Mao Zedong a los intelectuales y China en general, lo que comentas de que el autor no encontró una editorial en china que lo editara me hace preguntarme cuantos de esos libros no serán accesibles para la gente de su propio país. Es una pena que los testimonios de esta gente no lleguen en donde son más necesarios. ¡Saludos!

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    • Yan Lianke vive en China (trabaja en la universidad) y ha podido publicar otros libros allí. Ha sido fiel a la historia que quería contar sin importarle la suerte que pudiese correr su publicación. Lo curioso es que ese periodo concreto del gobierno de Mao sí ha sido criticado oficialmente. Más allá del momento histórico, Yanke imprime una tremenda fuerza dramática al texto. Es literatura con mayúsculas. Saludos 🙂

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  2. Parece un libro realmente interesante. No basta con imaginar o deducir cómo es la vida y lo cruel que puede llegar a ser la represión dentro de un estado totalitario, se necesitan testimonios como los de Primo Levi, Solzhenytsin, etc. para entender la magnitud de la tragedia.

    Por desgracia, no nos han llegado tantos testimonios de ese tipo desde la China comunista o lo que sea ese país en estos momentos. Me lo apunto en mi lista de próximas lecturas. Gracias.

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    • Este libro me ha recordado más la obra de Kafka, que ya anticipa ese mundo del terror totalitario. La metamorfosis forzada de estos intelectuales en el «hombre nuevo» revolucionario casi hace envidiar la suerte de Gregorio Samsa. Un libro extraordinario. Saludos 🙂

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  3. Es a día de hoy que no puedo terminar de asimilar las atrocidades que se cometieron por aquella época en China.
    Hay un gorrión que duerme en el alero de mi casa, lo veo con simpatía y le doy las buenas noches desde que se instaló allí, es mi pequeño vecino emplumado. Y al verlo pienso en los gorriones que murieron en el gobierno de Mao, todo lo que conllevó ese exterminio para la población y agradezco que este pequeño aquí esté, al menor por ahora, a salvo.
    Muy buena entrada como siempre. Se nota que es una lectura que te ha gustado, estoy segura que es de esas que dejan su huella. La agendo para cuando tenga ganas de leer algo de este estilo.
    Saludos 🙂

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    • Me acabo de enterar de lo del exterminio de los gorriones en la época de Mao. Delirante y atroz. «Los cuatro libros» hace justicia a la locura de aquellos tiempos, una locura que encuentra su perfecto caldo de cultivo en épocas de necesidad, justo cuando más cordura haría falta.
      Saludos, también a tu nuevo vecino 🙂

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