«Nadie tiene un solo rostro o una sola expresión».
Escándalo Shusaku Endo
Shusaku Endo escribió Escándalo en la parte final de su carrera. Este carácter crepuscular de su trabajo llevaría a pensar en una mirada indulgente hacia el mundo y la propia obra. Pero Shusaku Endo, que como católico en Japón era una rara avis, parece más que nunca en choque con su entorno y con sus propias creencias.
«Todas ellas tenían algo en común: como su antigua maestra, vivían solas y padecían un sentimiento de opresión espiritual. Para ellas, las perspectivas eran sombrías o inexistentes y sólo el pasado tenía verdadero significado o entrañaba felicidad. Como ella, tenían vidas secretas apartadas del mundo real». La llave maestra Masako Togawa
Masako Togawa sitúa su novela La llave maestra en el edificio K de apartamentos solo para mujeres. Las normas en el edificio son estrictas. Su objetivo es velar por el decoro y reputación de sus inquilinas. Los hombres tienen prohibido pasar la noche en el edificio. La acción arranca en los años 50 en Tokio, cuando van a mover los cimientos del edificio unos metros por la construcción de una nueva calle y con ello puede descubrirse la verdad de un crimen acontecido años atrás. La misteriosa desaparición de la llave maestra del edificio, que puede abrir todas sus puertas, aumenta la inquietud de las inquilinas. Temen que puedan salir a la luz los secretos que guardan en la intimidad de sus cuartos.
«La verdad, lo que a mí me sorprende es que los asesinos permanezcan aquí sentados, sin inmutarse, cuando estoy hablando de todo esto». Confesiones Kanae Minato
Confesiones, de la autora japonesa Kanae Minato, es un thriller que no da respiro desde la primera página. La profesora Moriguchi se despide de sus alumnos en el último día de curso. Les cuenta que su hija de cuatro años, que creen que murió en un accidente un mes antes, en realidad fue asesinada. Los asesinos son dos de sus alumnos, de los que piensa vengarse. Pero, además de madre, Moriguchi es pedagoga, y quiere que su venganza sea una enseñanza también para los dos jóvenes de trece años que han asesinado fríamente a su hija sin experimentar el menor remordimiento.
Kanae Minato estructura Confesiones en seis partes, que sirven cada una para exponer el punto de vista, narrado en primera persona, de cada uno de los personajes implicados en la siniestra trama. Este carrusel de testimonios nos da la oportunidad de conocer el entorno y circunstancias y la banal motivación de unos criminales capaces de hacer un daño terrible y que no dejan de ser unos críos de trece años, con todas sus inseguridades, pero también con sus propios sueños e ilusiones.
Kanae Minato huye en Confesiones de la recreación morbosa de la violencia y de envolver con ningún aura de misterio a los criminales como es habitual en los medios de comunicación. Hace una denuncia directa de esto en la novela a través de la profesora Moriguchi. Minato retrata un mundo alienado en el que los valores éticos parecen haberse desmoronado, con unos adultos que parecen tan perdidos como los jóvenes a los que deben educar y servir de guía.
La autora japonesa trata cuestiones como la estigmatización por el SIDA o por el aislamiento social autoimpuesto de los hikikomori. Estos se encierran durante meses o años en las casas de sus padres sin estudiar ni trabajar. También aborda el acoso escolar. La necesidad de reconocimiento y aceptación que tienen los personajes se convierte en la excusa para desatar sus peores instintos.
«Ahora que he terminado de leer el diario de mi madre, no veo luz, sino que me encuentro dentro de una oscuridad aún más densa en la que ni siquiera atino a ver por dónde dar el siguiente paso».
Dentro de este mundo que parece regido por un sol negro, Kanae Minato se cuestiona en Confesiones el papel de la madre como figura guía. Los padres, por su parte, son figuras ausentes. Fuera de la manutención, parecen haber delegado el resto de su responsabilidad como progenitores.
Confesiones, de Kanae Minato, funciona como el ajustado mecanismo de una bomba de relojería, que mantiene la tensión en la narración desde su tremendo comienzo hasta su explosivo final. Es una lectura que disfrutarán los amantes del género y el resto de lectores, por su inteligente exposición y el alcance de los temas que trata.
Fotograma de Confesiones, de Tetsuya Nakashima
Confesiones, con su éxito inmediato, catapultó la carrera de Kanae Minato. Tetsuya Nakashima dirigió la adaptación al cine en 2010. Optó por un planteamiento formal nada convencional. Tras un comienzo bastante desquiciado, consigue un resultado brillante por momentos. La película fue elegida para representar a Japón en los Oscar.
«Siempre he evitado comentar mis relaciones sexuales con Ikuko, pues temo que ella pueda leer a hurtadillas mi diario y sentirse ofendida».
***
«En realidad, uno de los atractivos que el diario tiene para mí es que, aunque sé exactamente dónde encontrar el suyo, él ni siquiera imaginará que también yo llevo un diario, y eso me proporciona una deliciosa sensación de superioridad».
La llave Junichiro Tanizaki
Junichiro Tanizaki publicó La llave en 1956, cuando tenía setenta años y, por tanto, se encontraba en los años finales de su carrera. La llave hace realidad las palabras que el propio Tanizaki escribió en su Elogio de las sombras (1933) sobre la meta estética que buscaba con su arte:
«No se concibe que la fe haga de un hombre un cobarde».
Silencio Shusaku Endo
Silencio, de Shusaku Endo, nos sitúa en el año 1638. La persecución a los pocos cristianos que aún quedan en Japón es implacable. La rebelión de Shimabara acaba de ser aplastada por el ejército del shogunato Tokugawa. Más de 37 000 cristianos han sido decapitados. Un año antes, Sebastián Rodrigo, un jesuita portugués, se entera de que su admirado profesor el padre Ferreira, que llevaba años ejerciendo su misión apostólica en la clandestinidad en Japón, ha apostatado. Decide marchar con dos compañeros en su busca. No entiende cómo Ferreira ha preferido la ignominia de la apostasía a la gloria del martirio. Está iniciando un camino que le va a llevar directo a enfrentar la verdad última que sustenta su fe.
«El miedo hace que las hormigas parezcan elefantes».
Kitchen Banana Yoshimoto
Banana Yoshimoto publicó Kitchen con 23 años. Esta novela corta obtuvo un éxito inmediato. La juventud de la autora solo rivaliza en brillo con su madurez. La propia elección de su pseudónimo (se llama Mahoko) porque le gustan las flores rojas del banano ya es una declaración estética de intenciones.
«Esperar a Oki es lo mismo que esperar el pasado… El tiempo y los ríos no corren para atrás».
Lo bello y lo triste Yasunari Kawabata
Oki viaja a Kyoto para tener un fugaz reencuentro con Otoko, con la que tuvo un apasionado romance más de veinte años atrás. Entonces Oki tenía treinta años y Otoko dieciséis. Otoko tendrá que recomponer los pedazos de su mundo, marcada dramáticamente por esta experiencia prematura. Oki, por su parte, seguirá con su matrimonio y con su carrera de escritor. En una cruel ironía del destino, conseguirá su mayor éxito con la novela que cuenta su historia de amor con Otoko. Ella es ahora una pintora que goza de reconocimiento también. Keiko, su discípula y amante, verá en la reaparición de Oki una oportunidad inesperada para vengar a Otoko.