«El quinto hijo» (1988), de Doris Lessing

Portada de "El quinto hijo", de Doris Lessing

«En la cara de la doctora vio lo que esperaba ver: una turbia mirada fija que reflejaba lo que sentía aquella mujer, que era horror ante lo extraño, el rechazo del normal a lo que quedaba fuera de los límites humanos. Horror ante Harriet, que había dado a luz a Ben».

El quinto hijo
Doris Lessing

AVISO: La siguiente reseña de El quinto hijo, de Doris Lessing, contiene spoilers.

Harriet y David son dos jóvenes ajenos al espíritu de cambio que se vive en los años sesenta. Su deseo es casarse y tener muchos hijos. Se compran una gran casa y, con la ayuda de los padres, van sacando adelante a una familia cada vez más numerosa. Pero su felicidad se ve turbada cuando Harriet se queda embarazada, esta vez sin buscarlo, de su quinto hijo. Ya desde el mismo embarazo, este nuevo hijo da señales de ser algo muy diferente:

«En ocasiones, le parecía sentir unas pezuñas rasgando la tierna carne de su interior, a veces eran garras».

El nacimiento de Ben supera los peores temores de su madre. Harriet percibe inmediatamente la naturaleza extraña de su hijo. La dificultosa adaptación de Ben a unos mínimos estándares de normalidad está condenada al fracaso. Ben, dotado de una fuerza increíble para su corta edad, es incapaz de tender lazos afectivos hacia nadie y no hace el menor esfuerzo por integrarse. Comienza así una pesadilla que amenaza con romper la armonía de la familia. Si Harriet y David apenas toleran a Ben, menos lo hacen sus hermanos. La mezcla de repulsión y horror que les inspira llega a un punto sin retorno cuando Ben parece culpable de haber estrangulado a un perro. La reacción de Harriet es un anticipo de lo que le espera a Ben:

«Le encerró con llave. Si podía matar a un perro, ¿por qué no a un niño?».

David y Harriet deciden ingresar a Ben en una institución especial para casos como el suyo. En cuanto Harriet descubre lo que le espera a Ben ahí, debe decidir entre él y la felicidad futura de la familia.

Doris Lessing contaba, en una entrevista para el New York Times, que lo pasó muy mal escribiendo El quinto hijo:

«Sudaba sangre. Estaba muy contenta cuando lo terminé. Era algo perturbador para escribir ―obviamente, removía algo muy dentro de mí»

Respecto al sentido de El quinto Hijo, Doris Lessing pensaba que Ben era una especie de salto involutivo y que por eso no encajaba en su entorno. Rechazaba todas las interpretaciones que pretendían convertirlo en símbolo de algo. En la entrevista citada anteriormente, afirmaba:

«Nos gusta pensar que podemos dar respuesta a todo, pero no siempre podemos».

Más allá del sentido que podamos encontrarle a esta historia, la aparición de Ben en escena resulta turbadora e inquietante no solo por él, sino por la reacción de rechazo que provoca en su entorno. Si Ben es en sí mismo un fenómeno que escapa a nuestra comprensión, podemos entender claramente su falta de encaje entre quienes no le reconocen como a uno de los suyos. Doris Lessing explota con maestría las posibilidades dramáticas de este desencuentro radical y proyecta bajo una luz inesperada el conflicto siempre latente entre nuestra individualidad y la pertenencia a un grupo. Así, el horror que provoca Ben pronto es superado por el horror que inspira el trato que le da su propia familia. Ese trato muestra la inhumanidad de quienes hasta ese momento parecían más víctimas que verdugos.

En resumen, la lectura de El quinto hijo, de Doris Lessing es de esas que impactan por la originalidad de su enfoque y la hondura en su tratamiento, que gana según avanza la historia. Esta obra apela a ese miedo que nos provoca lo desconocido, que habita tanto en los demás como en nosotros, verdad última que Ben viene a recordarnos con una mueca grotesca.

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16 comentarios en “«El quinto hijo» (1988), de Doris Lessing

  1. Magnífica Doris Lessing. He leído un montón de sus libros. Dos tomos que contienen su biografía y varias novelas. Justo El quinto hijo, no. Tomo nota, aunque llevo una temporada larga, que estoy leyendo poquísimo. Tendré que hacérmelo mirar.😂😂😂. Buena tarde,amigo.

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  2. Otra escritora que se me ha pasado y no porque no haya oído hablar de ella. Este argumento, por lo inquietante, me gusta así que quizás “El quinto hijo” sea mi primer contacto con ella. Además su propia biografía también parece interesante, me anoto leerla sin falta. Gracias por estas reseñas, me vienen muy bien y, aprovecho para decirte que estoy a pocos capítulos de terminar “Fuera hace frío” de un interesante autor… 😊
    Saludos, Juan!

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    • Me das una alegría, Eva. Espero que te esté gustando «Fuera hace frío». Ya me contarás qué te parece el libro y la banda sonora 🙂 Respecto a Lessing, su escritura es de una riqueza y complejidad que parece acorde a sus vivencias. «El quinto hijo» es el primero que leo de ella y repetiré. Saludos 🙂

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  3. Hola, Juan. Tus reseñas son siempre buenas. Gracias por esta. Estoy tentada de leer la obra de la que hablas en alguna ocasión, pero creo que no tengo la sensibilidad para su temática en este momento. En el pasado podía ser, pero ahora…, no sé. Me leí El cuaderno dorado y tengo que decir que me costó mucho. No empatizaba con su voz narrativa, me refiero a lo que me contaba, porque desde luego no hay duda de que es una buena escritora. Pero en la literatura hay también momentos y afinidades, como en la vida misma, ¿verdad?
    ¿Sabes? Al final me hice con Picnic en Hanging Rock, que reseñaste. Vi la película hace mucho tiempo y me gustó lo que decías en tu reseña, así que me animé a ello.
    Gracias por otra buena reseña, Juan. Saludos ☺️

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    • Hola, Olga. Gracias a ti, por leer y comentar. Muy interesante lo que dices de «El cuaderno dorado». Me ha pasado algo parecido con «El quinto hijo». Me ha gustado el libro más que lo que he empatizado con la autora, lo que en este caso tampoco ha sido un problema. Veré si se confirma esa sensación extraña con mi próxima lectura de ella 🤔
      Gran elección «Picnic en Hanging Rock», espero que te guste. Ya contarás. Saludos 🙂

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  4. Con tu permiso, esta vez no voy a leer la reseña completa (aunque seguro que es magnífica, como siempre). Tengo ese libro en mi lista de pendientes y temo que los spoilers puedan arruinar la lectura. Ahí está, esperándome en una estantería, impaciente. Pero volveré para comentarla cuando lo haya leído.

    Un abrazo.

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  5. ¡Hola! Es un buen libro, concuerdo contigo en que su enfoque y tratamiento del tema es de lo mejor de la novela pero mantengo mi consternación ante lo que pensaba de Ben, es que no me cabe en la cabeza, me hace preguntarme que estaba consumiendo Doris Lessing mientras escribía para calificar a Ben de «salto involutivo», vamos que lo llamo cavernícola. Por suerte como lectores podemos interpretarlo como queramos, elijo creer en mi interpretación de la novela en este caso.

    Buena reseña, dejaste en claro tu punto de vista y la desafortunada interpretación de la autora también XD ¡Saludos!

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    • Gracias, Noctua. Sorprende lo que dice Doris Lessing. En cierto sentido, la anormalidad de Ben funciona como un mcguffin, es solo una excusa para analizar a quienes le rodean. Por eso funciona la historia independientemente de la explicación sobre la naturaleza de Ben. Saludos 🙂

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  6. Hola, wow primera vez que en una reseña tuya hay spoilers :-O ver para creer.
    Sudar sangre y que Ben es un salto involutivo… Lessing en modo INTENSA en esa entrevista (guiño, guiño) Es una muy buena lectura y pone al descubierto todos los prejuicios, miedos y etiquetas que la gente tiene para quienes no entran en la «normalidad». Sostengo que el chico es la víctima, esos padres no sabían como tratarlo y por ende trasladaron todas sus frustraciones en él, se convirtió en el chivo expiatorio. Vino a «arruinarles su vida perfecta» negándose a mirar el contexto social y los cambios que se estaban produciendo a nivel cultural.
    Un gusto haberla compartido en C(n)OL. Saludos 🙂

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  7. Como siempre, una reseña excelente e intrigante. Entiendo que la normalidad la define el grupo y que se pueden invertir los papeles, entre víctimas y verdugos (acabo de leer Otra vuelta de tuerca de H. James, sin saber que era horror, y se podría decir lo mismo: que los inocentes niños no lo eran tanto y que los hipotéticos fantasmas eran inocuos). Sin embargo, en esta interpretación del Quinto Hijo, ¿no se está subestimando una situación que podría ser efectivamente anormal (involutiva?) y poner en riesgo la vida de la familia? ¿No hay casos de niños que matan a sus padres, de adolescentes drogadictos que hacen lo mismo, de psicópatas que no sienten nada? ¿Qué hacemos en estos casos? ¿Los tenemos alrededor abrigando la esperanza de que se integren? Se menosprecia la normalidad como algo impuesto y convencional, pero necesitamos una buena dosis de esto también. Me intrigan estos temas, pero no tengo el estómago para leerlos (ya te habrás dado cuenta). Gracias, por compartir.

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    • Gracias, Paula. En la novela no subestiman el peligro que supone Ben. Por eso le envían a una institución especial. Y saben que ahí morirá, y miran a otro lado hasta que la madre reacciona. Viendo a unos y otros en la novela tengo claro quién me da miedo de verdad. Porque Ben es la excepción, pero si los otros son lo normal… Saludos 🙂

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