¿Realmente había más gente interesada en mirar que en ser mirada?
Kentukis Samanta Schweblin
Samanta Schweblin imagina un mundo en el que los kentukis son la nueva sensación del mercado, unas mascotas de peluche implementadas con la tecnología de las redes móviles. Topos, cuervos, dragones, lechuzas, conejos, hay para todos los gustos. Lo que hace diferentes a estos kentukis es que llevan una cámara incorporada y que pueden ser accionados por control remoto. Cada kentuki tiene una sola conexión. Por un lado están los dueños de la mascota y por otro los que la manejan a través de una tablet desde la distancia. El sistema de emparejamiento es aleatorio y a escala global. En la práctica, los dueños del kentuki dejan que un extraño los observe en su intimidad. Basta que un kentuki agote su batería una vez para que no vuelva a funcionar. Muchos se arrepienten de haberlos enchufado antes de que eso ocurra.