«Distancia de rescate» (2014), de Samanta Schweblin

Portada de "Distancia de rescate", de Samanta Schweblin

«Yo siempre pienso en el peor de los casos. Ahora mismo estoy calculando cuánto tardaría en salir corriendo del coche y llegar hasta Nina si ella corriera de pronto hasta la pileta y se tirara. Lo llamo «distancia de rescate», así llamo a esa distancia variable que me separa de mi hija y me paso la mitad del día calculándola, aunque siempre arriesgo más de lo que debería».

Distancia de rescate
Samanta Schweblin

Amanda ha ido con su hija, una niña todavía, a pasar unos días en el campo. Lo que pretende ser una escapada tranquila para reencontrarse con los placeres de la naturaleza, lejos de los agobios de la ciudad, se convierte en un viaje directo al horror. Samanta Schweblin narra Distancia de rescate en forma de un diálogo apremiante y angustioso entre la protagonista y el hijo de su vecina. Este es un extraño niño que parece tener la respuesta al enigma que se plantea en la obra desde sus primeras líneas. Una amenaza invisible pende sobre Amanda y su hija. Podemos sentirla y respirarla antes de comprender la oscura fuente de la que mana.

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