«La hija de Robert Poste» (1932), de Stella Gibbons: una sátira literaria

Portada de "La hija de Robert Poste", de Stella Gibbons

«Vi algo sucio en la leñera».

La hija de Robert Poste
Stella Gibbons

El título original de La hija de Robert Poste, de Stella Gibbons, es Cold comfort farm, que puede traducirse como La granja del flaco consuelo. El título se lo sugirió un amigo a Stella Gibbons por una granja que conocía y que se llamaba así. Se desconoce si los propietarios de la granja, al llamarla de esta manera, tenían una intención humorística. Stella Gibbons la tenía sin duda. La hija de Robert Poste es una sátira de las novelas de ambiente rural y dramas intensos que conocieron su máximo esplendor con las hermanas Bronte y que habían derivado en melodramas costumbristas por la época en la que publica Gibbons.

La protagonista de La hija de Robert Poste es Flora, una joven que acaba de quedar huérfana. Su amiga la señora Smiling (todos los nombres de los personajes de la novela, incluido el de las vacas de la granja, tienen significado) quiere que se quede con ella en Londres, pero Flora prefiere ir a vivir al campo con sus parientes:

«[…] quizás me encuentre con que alguno de mis parientes está metido en algún lío o sufre alguna desgracia, y resulta que yo puedo echar una mano y solucionarlo».

Este afán por solucionar los problemas de los demás se debe a que Flora tiene «mucho en común con la señorita Austen» (Jane Austen era un referente para la propia Stella Gibbons):

«A ella le gustaba que todo a su alrededor fuera pulcro y agradable y amable, y a mí me pasa lo mismo».

Flora inicia así un viaje hacia un mundo disparatado poblado de personajes extraños y hostiles que pondrán a prueba su sentido común como si de Alicia en el País de las Maravillas se tratara. Una Alicia más adulta (Flora tiene diecinueve años) que deberá armarse de paciencia para salir airosa de su importante misión: enderezar el rumbo de Cold Comfort Farm y sus moradores, que amenaza naufragio bajo el mando de la tiránica Ada Doom. Esta es la encarnación de la «Abuela Dominante que se encuentra en todas las novelas sobre la vida campesina (y algunas veces también en las novelas sobre el ambiente urbano)». Ada Doom vive traumatizada por un recuerdo de su infancia, que siempre esgrime para justificar sus arbitrarias acciones:

«Vi algo sucio en la leñera».

Flora intentará averiguar qué vio la tía Ada en la leñera, mientras trata de poner orden entre sus parientes. Para unos será una amenaza, para otros una entrometida, pero Flora sabrá cómo actuar en cada caso para salirse con la suya. Además, deberá lidiar con personajes como el señor Meyerburg (al que llama Mybug), una parodia del escritor D. H. Lawrence y de la boyante corriente psicoanalista de la época:

«[…] él no estaba verdaderamente interesado en nada, salvo en el sexo. Era comprensible, aunque un tanto molesto. Después de todo, muchos de nuestros grandes prohombres han sido víctimas de la misma debilidad».

Retrato fotográfico de Stella Gibbons
Stella Gibbons

Stella Gibbons logró un gran éxito con La hija de Robert Poste. Es difícil que deje indiferente su sátira de los intelectuales, los movimientos vanguardistas artísticos, el mundo del cine o los predicadores apocalípticos. La crítica que hace de ellos sigue vigente en gran medida. También destaca el uso del lenguaje. Gibbons recrea de una manera personal el habla rural de Sussex. También hace numerosos juegos de palabras de muy difícil traslación al español (la edición de Impedimenta cuenta con la excelente traducción de Jose C. Vales). Expresiones como «Vi algo sucio en la leñera» («I saw something nasty in the woodshed») se han incorporado al uso común de la lengua inglesa.

El éxito de La hija de Robert Poste tuvo alguna consecuencia indeseada para Stella Gibbons también. Virginia Woolf la alabó por su libro de poemas The Mountain Beast (1930). Sin embargo, Woolf, al leer La hija de Robert Poste, debió pensar que Stella Gibbons se burlaba de ciertos preceptos literarios que a ella y a otros miembros del Círculo de Bloomsbury les eran muy caros al leer pasajes como el siguiente:

«[…] después de malgastar diez años de mi vida como periodista, aprendiendo a decir exactamente lo que quería decir en frases cortas, descubrí que debía aprender, si pretendía acercarme a la literatura y quería recibir críticas favorables, a escribir como si no estuviera muy segura de lo que quería decir pero estuviera encantada de decir exactamente lo mismo en frases tan largas como me fuera posible».

Virginia Woolf criticó que le dieran a Stella Gibbons el Premio Fémina Vie Hereuse en 1933 en una carta a su amiga Elizabeth Bowen: «Me enfureció ver que le dieron las 40 libras a Gibbons; aún así, ahora tú y Rosamond [Lehmann] podéis uniros para culparla. ¿Quién es ella? ¿Qué es este libro?»

Ella era Stella Gibbons y el libro es La hija de Robert Poste, una novela satírica que, casi un siglo después, sigue haciendo reír a generaciones de lectores con su agudeza e ingenio.

Stella Gibbons publicó numerosas obras. Retomó al personaje de Flora Poste en dos novelas más: Navidades en Cold Comfort Farm (1940) y Flora Poste y los artistas (1949). Ninguna de ellas alcanzó la popularidad de La hija de Robert Poste.

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